Una vida de vocación y obra al servicio de la educación
Este es un año muy especial para conmemorar y celebrar los cien años de vida y legado del Padre Luis Achaerandio, S. J., quien, a través de su sabiduría y trabajo, ha sido un ejemplo de vocación al servicio de los demás. Su ardua labor ha generado aportes significativos para el desarrollo pedagógico de nuestra comunidad landivariana a lo largo de los años; por esta razón y como motivo de inspiración, nuestro centro lleva su nombre para alentarnos siempre en su legado y aportes, y como homenaje a su trayectoria en la Universidad Rafael Landívar.
«Para cambiar un país, mejoremos la educación sistemática de colegios y universidades; para mejorar la educación, logremos que los profesores se formen y actualicen no sólo en el dominio de la asignatura de la que son responsables, sino además y principalmente, en el conocimiento profundo y aplicación en el aula, de los principales temas de educación y aprendizaje.»
Calidad humana que deja huella
Ninguna persona que se acerque al padre Acha, por distintos medios, se marcha sin una palabra de consuelo, una orientación personal, una ayuda, un consejo espiritual o un aprendizaje; él brinda una sonrisa amigable o una frase inspiradora.
El padre Achaerandio es un ser humano con un carisma excepcional y lo demuestra en su ser, pensar y actuar; desde su persona y como docente, orientador y pensador psicoeducativo, así como en su ministerio sacerdotal.
Él reúne y manifiesta las cinco C que guían la formación jesuita: es competente, consciente, compasivo, comprometido y coherente.
Contribución y servicio a la educación
Como educador, ha investigado y propuesto nuevas estrategias a favor de la educación, las cuales han funcionado con éxito y son válidas en la actualidad. A continuación, se destacan algunas de las publicaciones que el padre ha realizado en apoyo a la academia y la Compañía de Jesús.